La paella, siendo de origen valenciano, se ha convertido en un plato consumido por todo el territorio español, aunque a menudo con modificaciones que se alejan de su receta original. De hecho, algunos autores han llegado a afirmar que la paella ha sido uno de los platos más humillados y modificados de la culinaria española. Puede encontrarse en todos los sitios turísticos españoles, además resulta muy habitual en los menús del día de la mayoría de los restaurantes. Servida a veces como tapa en bares, es ya un sabor que identifica la cocina española.
Hoy en día la globalización ha dado lugar a realizaciones de la paella fuera del territorio español, y en algunos casos el plato cobra identidad propia del lugar. En algunos casos los cocineros extranjeros definen la paella como un equilibrio entre el arroz y los productos cárnicos y marítimos. Puede encontrarse descrita en los libros de cocina de todos los idiomas, y ocupa lugar siempre que se hable de platos de arroz. Es tomada internacionalmente como un plato típico de la cocina española y por extensión de la mediterránea. Las recetas de la paella se han seguido adaptando a los ingredientes lugareños y en su evolución ha ido dando nuevas e interesantes recetas.
PREPARACIÓN PAELLA MIXTA
La paella tiene como base de preparación: Arroz, verduras, carnes o mariscos, especias y aditivos.
El recipiente para la preparación de este plato es la paella o como su nombre latín patella, esta es una especie de sartén generalmente de hierro (las de hierro colado son más apreciadas) o acero, ancha con dos o más asas pequeñas, poca profundidad y gran superficie. Esta proporción mantiene los ratios de evaporización adecuados. Por eso se dice que debe tener mucho diámetro y poco fondo. Su profundidad no suele ser mayor que unos cinco o seis centímetros y su diámetro varía dependiendo del número de comensales siendo, por ejemplo, la de cuarenta centímetros de diámetro adecuada para cuatro comensales. Puede estar, no obstante entre los 10 a 90 cm de diámetro. El recipiente es una sartén sin mango, en cuyo lugar se le han fijado dos asas, una a cada lado, que ayudan a afianzarlo. Su diseño plano y de poca profundidad favorece una evaporación rápida y uniforme del caldo, característica necesaria para la preparación correcta de la paella. La primera vez que se adquiere una paella debe ser lavada con vinagre y gravillas para evitar el sabor metálico, durante su almacenamiento basta harina o sal refinada, las propiedades higroscópicas hacen que absorban la humedad, nunca en aceite ya que acaba proporcionando un aroma rancio.
Las clases de paella más comunes son: la valenciana, la marinera, y la mixta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario